martes, 16 de junio de 2009

UNA SEMANA EN MARRUECOS


Mi amigo Chus y yo llevabamos ya un tiempo pensando en hacer un viaje juntos. Barajamos varios destinos y varias fechas y al final nos pusimos rápidamente de acuerdo.
Destino: Marruecos. Fechas: Del 3 al 10 de Junio
Una vez con destino y fecha marcados todo fue rápido. Reserva de vuelo y hotel, pasaportes en regla, cash y ganas de viajar.

Nuestro vuelo tenía como destino Marrakech, ciudad de aproximadamente un millón de almas y centro turístico del Sur de Marruecos.
Allí estuvimos un par de días (suficiente para Marrakech, no hace falta más tiempo creedme).

De allí tomamos un autobus para Essaouira, un pequeño pueblo (70.000 habitantes), de la costa Atlántica, con mucho encanto a la vez que personalidad.
Agobiados por el calor, el gentío, y el tráfico de Marrakech, Essaouira fue para nosotros un oasis de calma y tranquilidad. Con su puerto pesquero, fortaleza portuguesa, y su playa de fina arena, este pueblecito es capaz de calmar los nervios a cualquier persona. Fue magnífico pasear por sus calles y dar una vuelta por el puerto, a la vez que observabamos a las gaviotas suspendidas de una forma infinita sobre el azul del mar. Sentarte a tomar un capuccino en una de las terrazas con vista a la plaza principal. Cenar una "tajina" en uno de sus restaurantes típicos. Actividades tranquilas y sencillas que te llenan completamente siempre y cuando no seas un "guindilla" y quieras hacer mil cosas al mismo tiempo.
Essaouira es un lugar tranquilo y apacible que bien merece un par de días. Eso sí, no esperes mucho desenfreno nocturno.

Tras Essaouira nos fuimos hasta Agadir, al que podríamos definir como el Benidorm marroquí. Nada hay de atrayente en esa ciudad aparte de su playa. Por lo demás está todo orientado hacia el turismo estival, tiendas, bares y chiringuitos playeros por todos sitios.
Agadir fue destruida casi en su totalidad por un terremoto en 1960. Resurgió de sus cenizas y ahora mismo se ha convertido en el primer centro vacacional de Marruecos. Pero como digo, no espereis otra cosa. Casi toda la ciudad es de nueva construcción y no es precisamente una joya arquitectónica.

Regresamos los últimos días a Marrakech, desde donde el penúltimo día contratamos una excursión que nos llevó hasta las estribaciones del Atlas, por el valle de Ourika. Este precioso valle goza de una vistas increibles, y al final del valle realizamos un pequeño trekking por las montañas, que se iniciaba en la población de Setti Fatma.
Nos llevó unas tres horas hacer todo el recorrido que se adentraba por la montaña y nos dejaba ver las famosas siete cascadas. Recorrido precioso y a muy poco tiempo de Marrakech (apenas un par de horas).

Al día siguiente vuelta al aeropuerto Menara de Marrakech y regreso a España.
Fue una bonita semana donde Chus y yo descubrimos un país tan cercano y en ocasiones tan lejano.

A título personal os dire que merece la pena viajar a Marruecos. Es un país que tenemos bien cerca y del que somos (donde me incluyo) grandes desconocedores. Tenemos el exotismo y el encanto a un par de horas de avion.
La comida es barata, el alojamiento no es caro y, por lo general, la vida (salvo el alcohol), sale bastante más barata que en España.
¡Quitaos todos los prejuicios que tengais y animaos a visitad Marruecos!(y si sabeis un poquitín de Francés mejor que mejor)