martes, 6 de enero de 2009

NOVIA A LA FUGA

Estamos en Navidades y parece que es una época ideal para las cadenas televisivas para echar por quinquagesima vez una “nueva” comedia romántica. Esta vez le toco el turno a “Novia a la fuga”, protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere.

La historia es sencilla, se trata de una chica que lleva ya tres “casi bodas”, y digo lo de “casi-bodas” por que en el último momento y en el altar, duda, y echa a correr, dejando al novio como se suele decir “plantado y sin novia”. El Sr. Gere da vida a un periodista que ha oído hablar de esta historia y decide escribir un artículo sobre ella. El resto os lo podéis imaginar, este tipo de películas suelen ser muy predecibles.

El caso es que de casi todo se puede sacar una lección o una enseñanza. En este caso surge al final de la película de labios de Julia Roberts. Ella se da cuenta de que siempre intenta agradar a sus novios intentando adaptarse a la personalidad de estos e intentando ser el ideal de mujer que ellos quieren. Es decir nunca es ella misma, sino que se transforma en lo que ellos esperan que sea. Si a su novio le gusta la música country , ella hace todo lo posible para que también le guste. Si su novio es un fanático del béisbol, ella empieza a estudiar las reglas del béisbol y a memorizar la alineación del equipo favorito de su pareja. Y así etcetera, etcetera. Es decir nunca se muestra como es ella misma, sino que adapta su personalidad a la de su pareja.

¿A donde llegamos con todo esto?, pues sencillamente a que tenemos que ser SIEMPRE nosotros mismos y aún más en el caso de mostrarnos ante nuestra “futura” pareja. No podemos representar un papel. Tenemos que mostrarnos tal y cómo somos. No podemos cambiar nuestra personalidad para complacer al otro componente de la pareja, porque si lo hacemos no seremos nosotros mismos, y además, creo que representar un papel durante el resto de nuestra vida es harto pesado y no resultaría jamás.

Y en fin, me he quedado sin inspiración. Espero haber dejado más o menos claro lo que quería expresar.

sábado, 3 de enero de 2009

¿EL AMOR VERDADERO?

Acabo de ver una vez más “Cuatro bodas y un funeral” (tampoco es que la haya visto muchas veces pero seguro que más de dos sí han sido) y me he sentido un poco como el personaje al que da vida Hugh Grant (¿por cierto, qué tiene este tío para que le consideren un “sex-simbol”?).

En fin, creo que todas las “comedias románticas” me hacen sentir un poco melancólico. En éste tipo de películas, pase lo que pase durante su desarrollo, el chico y la chica siempre se acaban enamorando y pasando su vida juntos y felices. ¡QUE BONITOOOOOOOOOOOOOOOOOO!. Lástima que la vida real (mi vida real al menos), no sea como en estas películas, aunque al menos si que tienen algo en común: siempre me “enamoro” de la chica que no quiere nada conmigo. Pero mi vida no es una película, y el final de la historia es que siempre termino igual, es decir, solo. ¡Ye lo que hay!.

Ahora bien, y como dice un “Blade Runner” en mi película favorita: ¿Por qué es así?. Quiero decir…¿cuál es la posibilidad estadística de que dos personas se enamoren perdidamente la una de la otra? ¿cuál es la posibilidad de que una persona sienta algo hacia otra y que a su vez sea correspondido?. Pues bien, debe ser bastante alta ya que si no imagino que no se formarían tantas parejas, no habría bodas, etc.
No sé, a veces pienso que debo de ser un tipo muy raro, pero a mi no me parece tan sencillo, aunque, debe serlo. O quizás hay mucha gente que está en pareja, e incluso se casa sin estar enamorado, o sin sentir algo realmente fuerte por la otra persona. A lo mejor también pasa esto en muchas ocasiones, aunque eso me daría mucha tristeza.

No sé si habéis visto la película que comento, pero todo este blog ha surgido un poco a raíz de ella. El protagonista es el típico “triste” que ha tenido algunas relaciones pero que ninguna de ellas ha cuajado, y la razón de que no cuajaran es que no se sentía realmente enamorado de ninguna de las chicas. Al final de la película (y no sigáis leyendo si no la habéis visto y la queréis ver) se va a casar con una chica a la que no quiere. Casualmente en la Iglesia se encuentra la chica de la que ha estado perdidamente enamorado desde que la vio por primera vez. Eso le hace dudar, cambiar de opinión, cancelar la boda y, finalmente, comenzar una relación con ésta chica a la que ha querido siempre. Fin de la peli. ¡QUE BONITO!, otra vez.

Mmmmmm……veamos, he perdido un poco el hilo….¿a dónde quiero ir a parar?..¡Ah, sí!, pues a que quizás en la vida se den tres opciones.
Por un lado está la gente que ha tenido la suerte de encontrar el amor de su vida, vivir juntos, formar una familia, etc.
Luego está la gente que, quizás cansada de esperar y de dar tumbos en el barco del amor, se juntan con alguien al que no aman pero al que tienen cierto cariño y, además es una buena persona, etc, etc. (vamos lo típico).
Y en el último grupo pondría a aquella gente (terca, todo hay que decirlo), que se niegan a juntarse con lo primero que encuentran y que necesitan sentir algo verdaderamente especial por una persona, de tal forma que si nunca llegan a sentir eso no se juntarán con nadie nunca. También es triste pero desde luego es una opción muy sincera.

En fin. A todos los que hayáis aguantado leyendo hasta aquí os deseo toda la suerte. Si ya habéis encontrado al amor de vuestra vida, ¡Felicidades!, y si no, os mando toda la suerte y toda la fuerza para que sigáis intentándolo. En la vida hay que luchar por muchas cosas, y desde luego, luchar por el amor creo que es algo que merece la pena.